Description

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Las neurotecnolog as permiten la conexi n directa del cerebro humano con un ordenador gracias a una interfaz, por ejemplo, de inteligencia artificial. Uno de los resultados de esta realidad y futuro tecnol gico es la mejora cognitiva que crea superhumanos con cerebros y mentes muy superiores a los de las personas normales. El compromiso tico que se pone en juego hizo que la BRAIN iniciative promueva el reconocimiento de nuevos derechos humanos llamados neuroderechos.
Un superhumano-juez traslada esos problemas ticos al mbito probatorio. En este trabajo se establece que solucionar esos futuros problemas no es un asunto de nuevos (neuro)derechos sino de (neuro)garant as procesales de viejos derechos (acci n y contradicci n). Un claro ejemplo de esto es la limpieza, naturalidad, normalidad e intangibilidad cerebral y mental del juez para la actividad probatoria como contenido de la vieja garant a fundamental de independencia interna del juez.
El problema de los neuroderechos humanos no se refleja sino en el espejo del derecho, ah es donde se reconoce su faz como una nueva exigencia de un viejo problema inducido por un falaz criterio clasificatorio de los derechos humanos: el generacional. Hablar de las (nuevas) generaciones de los derechos humanos en un escenario jur dico propio de un constitucionalismo de principios es tan incongruente como intentar advertir fundamentos de los derechos fundamentales m's all de la libertad y dignidad.
Al final del d a el problema de los neuroderechos como nuevos derechos humanos y el de las (nuevas) generaciones de los derechos humanos terminan consumi ndose en las razones de un constitucionalismo principialista que no solo alimenta una nueva y v lida forma de entender la tutela de los derechos fundamentales sino que dista mucho de modelos iuspositivistas que cedieron y ceden al encanto de crear (nuevos) derechos. Contemplar algunas de esas razones exige un paseo por las breves l neas de este trabajo.